miércoles, 30 de junio de 2010

No hay tristeza que me pueda hundir


He esperado todo este tiempo.
He sido aquella rápida brisa.
He sido ese cálido viento
que se ha marchado muy deprisa.
He roto la barrera del amor.
He alcanzado junto a ti un gran dolor.
He superado mi temor.
Mis latidos han sido mi calor.
Tenerte sería mi deseo,
quererte es mi realidad.
No quisiera ser tu Romeo
para perder esta oportunidad.
No tendré ninguna esperanza,
planearé mi dura venganza;
contra mí lanzaré una lanza,
mi vida estará en una balanza.
Me recorre una fuerte tristeza.
En su día pudo ser alegría;
ahora no diría más que agonía
que fortalece mi fortaleza.
Mi sueño sería morir.
¿Tiene sentido ahora vivir?
Esto no es todo, puedo reír.
No hay tristeza que me pueda hundir.
Puedo crear un nuevo presente,
recordarte en mi próximo futuro.
Sabes que haré todo por ser paciente,
hasta poder sentirme seguro.

Mi verdad


Tú eres el sueño que quise tener,
eres la luz que evita mi perecer,
que provoca una reacción
dentro de mi corazón.
Eres el latido que perdura.
Eres la flor que cautiva,
que tiene un alma pura.
Eres la belleza relativa
que ensalza tu dulzura.
Eres la voz expresiva
que a esta tristeza mía cura.
¿Qué será este sentimiento?
¿Será el desconcierto de saber
que nunca me vas a querer?
¿Porqué este sufrimiento?
Ahora siento lo que nunca sentí.
Ahora entiendo porqué te conocí.
Ahora quisiera ser el viento
para poder huir de este cuento.
Quisiera ser esta poesía
para poderte conquistar.
Quisiera ser una bahía
para poderte enamorar.
En este mar oscuro
me sentiré seguro.
Mis ojos serán la tormenta
que irá a desembocar
a la fuente sedienta
salada como el mar.
Mis lágrimas el torrente
que hará frente al destino.
Mi mente será consciente
de que ha sido en vano este camino.

martes, 29 de junio de 2010

La otra oportunidad


Vivía bajo un oscuro disfraz,
sin haber probado el agrio sabor
que en mí dejaría este cruel amor;
no sabía que era perder la paz.
Era joven, me sentía incapaz
de poder afrontar este dolor,
de reparar este nocivo error,
de ser una eficaz ave rapaz.
Que por el miedo a saber la verdad
fui cobarde por no querer vivir,
al sentirme solo en mi soledad
sin nadie al que haber podido acudir.
Ahora, en esta otra oportunidad,
seré fuerte y lucharé sin sufrir.

La vida en las calles


Una pena cruel atormenta el día
con dos vanos deseos en la mente.
El miedo que aterra a toda la gente
por esas calles de la fantasía,
hundiéndolo mucho más en la humbría;
las drogas le están quitando el presente,
la justicia enfría su alma caliente
que está esparcida en una oscura ría.
Una luz negra desconsuela al fuego
que ardía incesante en la oscuridad,
que le daba en la cárcel el sosiego
que al apagarse avivó su ansiedad;
que abrío los ojos de ese pobre ciego
que en la muerte encontró la libertad.

El rocío de mi fugaz amanecer


Recuerdo ese triste día
con el deseo de olvidar,
con esta fuerte agonía
sin poder parar de pensar.
Si esta llama me dejara
huiría sin mirar atrás;
si mi amor yo te negar,
cada vez te querría más.
No lo puedo comprender,
ahora me siento vacío,
ahora puedo querer
pero siento un escalofrío.
Ayer me pudiste amar,
pero ahora yo no te amaría.
Ahora podrás pensar,
pero ya no te esperaría.
Ya no me interesarás,
dejaste que todo pasara,
en mi mente no estarás,
nunca me miraste a la cara.
¿Este sueño ha sido mío?
¿Será la historia de mi ser?
¿Habrá sido este el rocío
de mi fugaz amanecer?

Quisiera serlo


Quisiera ser pensamiento
para poderte escuchar.
Quisiera ser ese viento
y así poderte escoltar.
Quisiera ser la alegría
que refleja tu sonrisa.
Quisiera ser melodía
que tu mente no improvisa.
Quisiera ser una flecha
que clave tu corazón.
Quisiera ser esa mecha
que encienda nuestra pasión.
Quisiera ser tu pecado
para vivir en tu mente.
Quisiera ser tu pasado
para ser tu confidente.
Quisiera ser tu latido
para saber tu verdad.
Quisiera ser tu cupido
y darte felicidad.
Quisiera ser tu salud
para poder protegerte.
Quisiera ser la virtud
para poder darte suerte.
Quisiera hacerte reír
y demostrarte mi amor.
Quisiera poder morir
y ser tu ángel protector.

¿Qué es el amor?


¿Qué es el amor,
sino más que el dolor
que tiene un alma
que nunca estará en calma?
¿Porqué te obliga
de ser ella tu amiga
al odio ardiente
que envenena a la gente?
¿Será la muerte
su enemigo más fuerte
que apaga el día
de aquella alma vacía?
¿Podrá la vida
curar la gran herida
que te ha clavado
y al vacío mandado?
¿podré creer
en el amanecer
en que contigo
sea el mar el testigo
de la verdad,
de una realidad
que hay por vivir,
que te haga resurgir?

Ni un te quiero sincero


Nunca podré sentir
aquella sensación,
sin tener que mentir
en cada inspiración,
y sin poder decir
que tú eres la razón.
No podré declarar
un te quiero sincero,
con todo este pesar
sabiendo que te espero;
no sabré que pensar
sin ser tu caballero.
Cada minuto pienso
en la fuerte tristeza,
sintiéndome indefenso
por tu delicadeza,
por este amor intenso
que ronda en mi cabeza.

Sólo por ti


Tu rechazo es la llama
que en mi interior sentía.
Tu sonrisa la luz,
que en mí, fuerte se guía.
Tu voz en mis oídos
se me hace melodía.
Tu pelo es el camino
que peregrinaría.
Tu mirada se clava
en mi alma, gris, vacía.
Tus ojos son tesoro
que nunca olvidaría,
del fuerte resplandor
que hace la noche día.
Tus labios son la rosa
que nunca me heriría.
Tus besos son perfume
que me dan la alegría
y en las tardes más tristes
deshacen la agonía
de esperarte aquí sólo
con la esperanza mía
de no perderte nunca,
por tu amor moriría.

Real y abstracto


Ojos color cielo,
color de canela en rama,
verdes olivo
sin temor cautivo
a ocultar tu mirada.
Cabello dorado,
color castaño,
negro azabache
de tu belleza es aliado.
La juventud te enreda,
no permitas dejarla
que sin ella entonces
no te querrá mi alma.
Ojalá que tu puedas
la tristeza quitarla
de tus dulces cabellos
y ojos esmeralda.